Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David(1814) |
En el año 480 a.c. Jerjes, rey del imperio persa, decidió atacar Grecia. Persia era en aquel momento la mayor potencia del mundo conocido. Sus dominios abarcaban desde Egipto hasta la India y en ellos habitaban millones de hombres y mujeres que rendían pleitesía, pagaban cuantiosos tributos y sentían sobre sí el yugo de la tiranía. Todos esos infinitos recursos materiales y humanos se concentrarían ahora en un único objetivo: someter a la pequeña península helénica y esclavizar a sus habitantes.
Grecia era la única región del mundo que permanecía libre, pues 10 años antes, en la batalla de Maratón, había resistido al ejército persa (dirigido por Darío, padre de Jerjes) y les había derrotado. Una afrenta que pervivía en el corazón del rey persa, Jerjes, y que sólo podía ser borrada de la historia con sangre griega. Para ello, Jerjes reunió a un colosal ejército de entre uno y dos millones de efectivos, según el historiador Herodoto. Este ejército cruzó el Helesponto, avanzó hacia el oeste por Tracia y Macedonia, y se aprestó a penetrar por el norte de la península helénica. Su avance dejó un reguero de muerte y destrucción.. El miedo barrió Grecia como una marea, pues el mensaje de Jerjes para los griegos era claro: rendición o muerte.
Con el fin de ganar tiempo y permitir el reagrupamiento de las fuerzas griegas Esparta ordenó una acción desesperada. Se envió al norte, al paso de las Termópilas, a 300 guerreros espartanos de élite y unos 4.000 aliados al mando del rey espartano Leónidas. Los espartanos escogieron ese estrecho paso para luchar porque en ese embudo los persas no podían desplegar todo su potencial. Los griegos resistieron valientemente durante 6 días a las mejores y más preparadas divisiones persas en una lucha absolutamente desigual, hasta que, destrozadas sus armas por el brutal combate, tuvieron que pelear con sus propias manos y uñas, siendo finalmente vencidos.
aplicableLeónidas y todos sus hombres murieron, pero también lo hicieron alrededor de 25.000 persas. Su sacrificio, permitió retrasar el avance, lo que concedió a las polis griegas un tiempo precioso para reorganizar su defensa. Además, resquebrajó la moral de los persas, puesto que si sólo 300 espartanos les habían infligido tales bajas, ¿qué podían esperar una vez entraran en Grecia?. La gesta de Leónidas recorrió a toda velocidad los territorios helénicos e infundió valor en el corazón de los ciudadanos griegos. De hecho, así fue, pues en ese otoño y en la primavera siguiente los griegos derrotaban de nuevo a Persia, con lo que el ejército de Jerjes tuvo que retirarse a Asia.
La hazaña de Leónidas y de sus soldados ha sido glosada en multitud de ocasiones, como en la película “El último Samurai” con Tom Cruise o la más reciente “300”, la adaptación del cómic de Frank Miller.
Extracto del Artículo "Lecciones de la Grecia Cásica sobre el liderazgo de las empresasd hoy" publicado por Felipe Sánchez Coll, el 9 de septiembre del 2008 en Rankia, comunidad financiera
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